En mi casa había el carro de vacas y el arado romano. Eran
unos instrumentos necesarios para el trabajo. El carro era el medio de
transporte que teníamos y trasportábamos en él toda clase de menesteres desde
tojos hasta forraje para el ganado. Llegamos a tener nueve vacas y de ellas vendíamos
la leche y la carne. También cultivábamos patatas, que por cierto era un
trabajo muy pesado.
El trabajo que menos me gustaba era sacar abono y el que más
la hierba seca. Me encantaba cargar carros de
hierba seca y descargarlos
también. Las fiestas que más me gustaban eran la fiesta del patrono y
las navidades. En invierno era cuando más disfrutaba porque no había trabajos
pesados. Teníamos una radio y un televisor y jugábamos a las cartas y al parchís.
Yo y mi padre practicábamos la pesca y en verano nos bañábamos en el río toda
la familia y a veces íbamos de merienda. Total que hacía una vida sana y
provechosa.
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