Mi historia, por Javier


Nací  en Monforte.  Me llamo Javier y me crié en una aldea que se llama Reigada, que está al  lado de Monforte. Tiene un regadío importante regada por dos canales y dos acequias, pero  actualmente se encuentran en mal estado. La Xunta quiere aparcelar los terrenos, pero los  vecinos no quieren y perdura el minifundio y en los montes vecinales se plantaron pinos. En el  pueblo hay una iglesia que  comparte parroquia con las Fuentes. Los habitantes se dedican a  la ganadería y también hay muchos empleados de la Renfe.
Mi padre trabajaba en la Confederación Hidrográfica y llevaba los asuntos del regadío. Yo estudié en el colegio de los   Escolapios la E.G.B. En el Instituto Río Cabe hice el Bachiller Superior. Después  hice el servicio  militar en  la aviación  en León, en un lugar llamado La Virgen Del Camino. Yo serví como Policía Aéreo durante un año. Juré bandera después de  hacer la instrucción. Mi familia y algún amigo me vinieron a ver. Fue un acto emotivo que  recuerdo con mucho cariño. Hice muchas guardias como policía aéreo: en garitas y también  con perros policías.
Cuando vine de la mili trabajé unos meses como pinche de fontanero pero no se me daba muy bien. También trabajé como ayudante de albañil pero no podía cargar con mucho peso. Después trabajé de pintor, pero con la misma fortuna.
Mi padre plantó una viña y yo le ayudaba pero murió joven en un tiro de escopeta. Mi padre compró  un motocultor para arar la viña. También plantábamos patatas y maíz. Mi madre plantó una huerta al lado de un pozo y hacia las labores de casa.
Mi abuela fue longeva y mantuvo a sus hijas mientras su marido estuvo en la Guerra Civil en un taller de armas y se libró de ir al frente. Mis abuelos tenían vacas y prados para alimentarlas. También sembraban trigo para hacer el pan en un horno artesanal  de piedra que teníamos en casa. Mi madre se encargaba de amasar el pan en una artesa de madera y también hacía las empanadas. El pan se conservaba comestible una semana.
Mi madre y mi padre emigraron a Francia, concretamente a Reins. Mi padre trabajaba de albañil y mi madre limpiaba un piso. Después  de pasar cinco años volvieron a Galicia y mi  padre se presentó a una oposición para la confederación Hidrográfica y la aprobó. Más adelante se presentó para la  Renfe y también la aprobó. Como lo mandaron para Irún y era muy lejos, decidió quedarse con el otro empleo y aunque ganaba lo mismo que en la Renfe no podía ascender de categoría.
A los treinta años ingresé en Calde. Estuve dos semanas y me dieron el tratamiento. Después quise trabajar de taxista y tuve  que intentar sacar el carné de camión. Aprobé la teórica  y el aparcamiento pero en la carretera suspendí tres veces y abandoné.
Ésta es mi historia.

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